Rigoberto Pitti - Publicado en PanoramaCatolico.com, el domingo 19 de julio de 2015.
“He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn
10,10). La sociedad panameña está horrorizada ante los casos de femicidio que
siguen ocurriendo en diversas áreas del país. El femicidio se entiende como el
asesinato de una mujer a manos de su pareja o expareja.
Las autoridades tratan de tomar
medidas, como las boletas de protección y la incorporación de algunos
protocolos que podrían minimizar la ocurrencia de estos casos. Sin embargo, no
se va a la raíz del problema, que está relacionado íntimamente con una cultura
machista de largo arraigo histórico.
Para entender el problema, analicemos
lo que hay detrás de un paradigma machista. Muchos hombres comparten el mito de
que la mujer es su posesión personal, incluso cuando ya están separados o
divorciados. Otros piensan que la mujer debe estar subordinada al hombre. Y hay
quienes consideran que tienen derechos de controlar todo lo que hace su pareja.
Estas podrían ser las motivaciones que inciden en crímenes tan atroces que
vulneran en derecho a la vida.
Pensemos entonces en los retos
que los ciudadanos, los grupos y las instituciones tenemos para abordar este
mal. No basta con encarcelar al delincuente, mientras se siguen dando casos
cada vez más intolerables. No es suficiente con tomar medidas drásticas, que
producen a su vez una espiral más violenta.
Tenemos que unir esfuerzos como
sociedad humana para cambiar los modelos de comportamiento colectivos. Crear
espacios educativos, tanto para agresores como para las víctimas, con el fin de
comprender y asumir que nadie tiene derecho de agredir o quitar la vida; sino
de cuidarla y defenderla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario